septiembre 16, 2008

En primera clase

Una amiga me preguntaba el otro día "Andrés ¿no te gustaría estar pololeando?"; Miraba hacia abajo, como pensando en algo, alcé la mirada y sonreí.

Alojando en primera clase, Soledad, al parecer, estaría quemando en la estufa de la habitación, los pasajes que se suponía, tenía de vuelta; nadie dijo que estaría solo por mucho tiempo, o al menos, así lo pensé yo. Soy de esas personas con poquísima confianza en si misma, que necesita de ese apoyo, ese abrazo, ese cariño. Jamás pensé estar sin alguien a mi lado; al menos hasta aquella noche, en que luego de un triste incidente, me prometí a mi mismo estar con la persona indicada, y no aquella que me diera luces de compañía, de aquellas que se desvanecen por las mañanas.

Aun más, hay algo, sin duda alguna, que está ayudando a este proceso mortuoso de increccenda lejanía: Tantas veces he cambiado de lugar, tantas veces me he adaptado a cosas nuevas, tantas veces he tenido que formar y destruir nuevas amistades, que siento que ya no me queda ninguna, y aunque se que muchas personas se consideran "mis amigos", yo por cierto, estoy lejos de sentir que los tengo. Y es que de cierta forma, me he acostumbrado a esta nueva compañera de primera clase, que siempre estuvo allí, que tenía pasajes de salida de mi vida, pero quenunca se marchó; permaneció. De esta forma me fui acostumbrando a dejar toda amistad de lado.

Sí, lo sé, soy pésimo cuidando amigos. Creo que tengo la tasa de perdida de amigos por minuto más grande de todo el país, y creo que para cualquiera no es un orgullo admitirlo.

Así estoy ahora; tratando de recodar cumpleaños, de aprender a preocuparme, de animarme a confiar, de aprender a escuchar activamente, de dedicar tiempo a preocuparme de leer asuntos de otros, de hacerme tiempo para visitas sorpresas, de revisar el celular en busca de un número al azar al cuál llamar (una amiga muy especial me enseñó a hacerlo) y de esta forma, sentirme un poco más tranquilo de saber, que al menos, intento regar un árbol que nunca tuvo suficiente luz para crecer: el de la amistad.

Andrés ¿no te gustaría estar pololeando? -alcé la mirada y sonreí.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sorprendió eso de las amistades, de un looking en tu flickr demuestras ser una persona de amigos, igual un gran paso darse cuenta y luego querer remendar, porque uno no puede andar por la vida solo y es bueno tener pilares en nuestras vidas.
Uh si que somos distintos en algo, yo dedico mucho tiempo en los demás y tu mencionas que has tenido que aprenderlo.
Tasa alta de pérdidas? de errores se aprende ^^, hay que cuidar a los amigos.Bueno depende..quizás eres una persona demasiado selectiva y buscas personas esenciales que aporten a tu vida más que algo efímero,que se sho yo genero hipótesis nomás con complejo de psicóloga y trato de recordar lo que escribiste porque ya no tengo punteo.
Andrés nunca respondiste si te gustaría estar pololeando ajaja, pero por tu gesto que describiste yo creo que si, no todo puede ser equilibrado, por lo menos si no conservas tantos amigos se notan tus ganas de amar.
Por último..uno siempre suponen cosas, se ilusiona y proyecta, llega el momento y no es así, hay que seguir nomás y apuesto que eso lo sabes bien.
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