Bajo el amparo de un nuevo pensamiento vuelvo a escribir.
Vuelvo a sentarme a meditar.
El tiempo a diluido ideas, y unas cuentas las ha plasmado en cuadros de metal.
Desde nubes me precipito nuevamente al suelo.
Abandono nuevamente la soledad de mi perfección para intentar lo imposible:
relacionarme con otra vida humana.
Y es que se me ha hecho costumbre caer en tan dulces brazos.
Con la compañia ciega de manos amigas,
y el calor indisipable de la pasion de tu amor,
resurgo con nuevas ideas,
y con pensamientos mas acabados acerca de la vida.
En ciertas ocaciones es bueno detenerse para poder seguir avanzando.
De cierta forma comprendo que para conceguir algunos tesoros es indispensable perder otros.
Esta vez no tengo miedo de perderlo todo.
Y queda de fondo, junto a ese bello atardecer,
el consuelo de ser querido, por gente que esta a mi lado.
Y hoy me siento libre de poder querer cuanto yo quiera y a quien yo quiera,
pues hoy comprendi que no eres mi vida,
que no soy quien para crearte a ti una vida nueva,
y que sin duda, sin pensarlo demasiado,
eres tú con quien hoy quiero compartir la mia.
Hoy caigo nuevamente de una nube.
Y se lo que hay de fondo.
Conosco los riesgos al derecho y al revés,
casi en la misma medida en que te conosco.
Y estaría dispuesto a caer de tú no llegar a entender
que compartir
no es dividir
sino
juntar, reparar, querer, alegrarse y vencer.
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