febrero 28, 2015

Desaparecer


Muchas veces he querido cerrar el blog. Me encanta escribir, depositar en este rincón al que nadie llega sentimientos que inundan mi cabeza y que de otra forma me terminarían estresando (si es que ya no me tienen en colapso). Me encanta hacerlo, pero también es cierto que este lugar, así como me trae buenos recuerdos, también tiene el mismo efecto con los malos. 

Estoy enamorado de ti aun, Francisca Arcos, muy enamorado. Y creo que lo que mas me duele, lo que me destruye y me convierte en cenizas no es el echo de que llevemos casi medio año separados, sin tocarnos, sin acariciarnos, sin llamarnos, sin conversar, sin reir juntos, sin caminar de la mano...lo que mas me duele es recordar el día en que, llevando 3 meses desde que rompimos, me dijiste que ya ni siquiera estabas enamorada de mi.


Es cierto, fui yo el que cometió el error. Fui el que decidió abandonarte, y terminar la relación. Pero soy asi...me equivoco y tomo malas decisiones. Se también que mi forma de ser implica relacionarme con mucha violencia verbal, que soy orgulloso y prepotente, que tuviste poco espacio para decir lo que querías o pensabas, que no te lo di. Fue mi culpa que te terminaras ahogando bajo mi prepotencia, y cuando quise volver a ti  ya te habías dado cuenta que lo mejor era estar lejos de mi.

Lo entiendo, ahora lo entiendo. Pero, ¿3 meses y ya ni siquiera estabas enamorada de mi? ¿Really? Ahora me da rabia, pena, impotencia, me siento mal, me siento estafado, siento que si bien fui el que cometió el error de haberte dejado podrías haberme querido un poco mas de tiempo. Aunque fuera el monstruo de la relación, merecía ser amado un poco más...sólo un poco más.

En fin...

Ya nada puedo hacer, colapse en todos los sentidos posibles por haberte perdido. 
Ahora en mi corazón, hay una pieza que ya no tiene nada en las paredes. En el centro hay mucha arena blanca, hermosa, esparcida por todo el suelo. Por la forma pareciera haber sido un hermoso castillo de 7 metros antes. En la habitación hay un niño que esta triste y que pareciera estar pensando en alguien. No me deja mirarlo, se voltea y esconde sus ojos con lágrimas con su brazo derecho mientras que con el otro se ayuda a levantarse del suelo. De espalda, y acongojado comienza a caminar y se pierde en la región obscura de la pieza. Se escucha  un susurro desde lo lejos: "Francisca..."

Estuviste, estas y estarás cada vez más lejos, de entender algún día lo mucho que te amo; y eso es por mi culpa.

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