septiembre 18, 2012

Tic Toc


   1:42 de la mañana y lo único que permanece en movimiento es un corazón latiendo. Mis dedos se mueven torpemente encima del teclado pues la luz es tenue y no alcanza a iluminar las teclas correctamente. Me asomo al pasillo y me doy cuenta que no hay nadie. 1:43 de la mañana y lo que esperaba que fuera no lo es, lo que esperaba que sucediera no sucedió, lo que esperaba se quedó esperando. 1:44 y me doy cuenta que nada de lo que pretendo transformar se transforma, nada. Me cansé. 1:45, creo que de tanto contar minutos descubro que mi vocación es correcta, que las cartas fueron lanzadas, que los pasados se entierran lentamente y ahí, precisamente ahí se detiene mi noche. 

   Respiro. Para las 1:46 todo estará olvidado y en silencio.

   1:46


febrero 16, 2012

A tiempo me di cuenta que mi nariz seguía allí. Bajé la vista del espejo, dejé mi reflejo suspendido en el tiempo. Corrí la cortinilla verde lo suficiente para dejarme ver hacia abajo y observé la calle llena de sombras. Una persona caminaba por la vereda del frente, pero no eras tú. Cerré los ojos y suspiré. Cerré la cortinilla, me aproximé a la cama y me dormí. No habían pasado ni veinte minutos cuando desperté y, ahí estabas tú.