Nadie pensaría que esas miradas cruzadas, en ese instante aquel dia de marzo tendrían un fecha de vencimiento tan extensa, como un pescadito congelado de aquellos que no me gusta comer, porque tu sabes, nunca me gustó el pescado, y tu mujer de pelo negro tes blanca aros redondos y bolso azul, me hiciste comer pescado una ves y desde esa ves sigo comiendo. Tu estabas ahi, yo estaba ahi. Nos miramos un instante, habia gente al rededor, pero esos segundos de contacto visual que no estaban separados por más allá de un metro fueron suficientes. Suficientes para muchas cosas. Fueron cálidos, reconfortantes, tranquilos, pausados, de un sentimiento intenso, abrumador. Senti nervio. En ese instante quise pasar toda mi vida contigo, quise concocerte, quise quererte en ese mismo minuto. Quien pensaría que esa sensación seguiría rondando el aire de la facultad, desde fuera de los baños hasta el patio de aquellos naranjos que nunca florecen. Así, cada ves que pienso en eso te miro a mi lado, y recuerdo como ha pasado el tiempo y el aire que respiro sigue estando cargado de aquel sentimiento abrumador de querer quererte. Y te quiero.
2 comentarios:
Qué lindo.
Qué sensible.
Qué todo.
Hoy, La Serena está como la mayoría del tiempo...
Nublado
:)
:)
Que tiempo ah!
que bonito lo q escribes
lo que piensas.
Siempre vas a ser asi, desde que te conozco, viviendo el amor a concho.
El principe azul de estos tiempos.
beso!
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