enero 24, 2009

Un poco de locura...


Discover Radiohead!



Un corta uñas accede a cortar un cable negro. Se pone a llorar. El cable gime de dolor y se retira raudo a su hogar en donde lo esperan. Rosas rojas rubias de repente se pasean rastrean rastreando con su nariz rota de remar tanto. Un halcón se para en el alambre de la calle y te mira atentamente con su ojo derecho que ahora se ve enorme, enorme. Y alza el vuelo y una nube lo devora bajo un sol enorme. Fin de la canción. Comienza un halo triste de tristeza tirana inundada de trotamundos tartamudos que se tambalean en un balancín tártaro de tonos suaves y tejanos de esos que te tumban al techo del suelo mas torpe y tenaz. He descubierto que el suelo es tenaz. Al rato un libro se levanta de la mesa y comienza a caminar página a página robusto grande ancho a sus anchas se abre paso y nadie lo mira, todos siguen con sus vidas porque nadie nunca vio un libro. Nunca vi un libro. Nunca. No veo al rato, he caído ciego ante la oscuridad de una mente tan tan tan tan tranquila...y: silencio. Una vez más. Silencio. Y ahora, tres puntos ... y dos más .. y quizás al rato vuelva a colocar alguno por ahí. Listo, lo he puesto. Sigo meditando pensando infiriendo la próxima palabra que hace melodía a la melodiosa canción que escucho escuchando fuertemente fuerte un audífono el audio que llevo dentro adentro mio y que suena resuena como un tambor tambaleandose tocando siendo tocado por...ti.

enero 13, 2009

A tu lado

La olas entran y se van. El viento acarrea más de un grano de suave arena. Sentados somos el uno para el otro. Bajo un cielo estrellado nos miramos entre las estrellas y nos descubrimos de forma perfecta. Te miro acurrucado en ti, desde abajo, desde todos lados, y te admiro. Temo en ese instante que todo termine mal, como suele sucederme, pero siento que esta vez hay algo distinto. Esta vez hay algo distinto. Algo distinto. Algo. Y vuelo vuelvo a ti de repente, al sentir tus caricias en medio de una playa obscura que no se inmuta ante nuestra presencia. El perrito negro molestoso ha vuelto, y sin darnos cuenta se ha puesto a beber de nuestra tacita llena de pisco, hielo y coca-cola. Te ríes a carcajadas. Me paro a patearlo suavemente para que inicie su retirada. Me doy vuelta, te sigues riendo. Nos hemos dado cuenta de la pérdida de uno de los dos vasos que teníamos sobre la arena. "No importa-me dices-, tomas del mio".
Nuevamente estamos unidos enlazados juntos uno al lado del otro, tocándonos, mirándonos, y descubro en ti una compañía, un refugio, un momento de tranquilidad absoluta y ahí me quedo. Te beso. Nos besamos. Me besas. Te beso.

"-Mira hay dos tipos sentados allí. ¿Hacemos control?
-No, para que, no están haciendo nada. Sigamos.
-Sí mi capitán."