mayo 09, 2016

Cómo podría intentar definir lo que siento. Ya estoy tan cansado de sentirlo, ya estoy tan agotado. Ya estoy tan desilusionado, tan comprometido con una mentira tan grande, que me he contado por tanto tiempo. Cómo podría decirte lo que siento si no es con rabia, con pena, con la mirada cabizbaja, con el pelo medio revuelto, con los ojos entreabiertos.
Llevo tanto tiempo creyendo en el amor que nos teníamos, que ya sólo existe porque lo creo.
Cómo podría explicarte como me siento, si en cada línea que escribo se esconde una esperanza. Una esperanza ridícula, torpe, que me tiene inmovilizado y no me permite resolver lo básico: por qué te sigo queriendo.
Completa y absurdamente enamorado de ti y de nadie a la vez, no se por qué ni por cuanto tiempo.

enero 23, 2016

El Amante de Sueños.

Se veía bien, no, irrenunciablemente bien. Subió al tren y saludó por la ventana. Levanté entonces mi mano para dar un adiós marchito. Notó mi tristeza y me mostró la mejor sonrisa que encontró entre las que no destruí. Entonces me armé de valor, recordé lo que me había susurrado a mi mismo minutos antes de entrar y le devolví así la sonrisa más grande, cerré mis ojos y levanté la mano a lo más alto, y me despedí con la alegría de quien termina una maratón o sobrevive a la guerra más sangrienta. El tren comenzó su marcha y lentamente me fui sintiendo mejor, muchísimo mejor, mientras desaparecía su pelo entre rieles de metal oxidado. Se relajó mi cuerpo, se calmó mi esencia, se calló mi mente y la sangre comenzó a recorrer más lento mis lugares. Abrí mis manos y descansé en silencio inhalando el vapor de la máquina desaparecida. Una sonrisa perdida me encontraba lentamente.

Entonces, cuando volteé para comenzar a irme, cuando levanté la mirada para ver el camino nuevo y abandonar la estación...ahí estaba, frente a mi, nuevamente.

Fin.